Estos han sido los riesgos emergentes de tipo económico más relevantes para 2023, su seguimiento de cara a 2024 nos brinda la posibilidad de prepararnos con respuestas oportunas para gestionar nuestras organizaciones.
Crisis deuda soberana.
Situación fiscal deteriorada en conjunto con riesgos de bajo crecimiento económico, aumento de tasas de interés y devaluación de monedas, lo cual implica un mayor riesgo de Default* sobre la deuda soberana de los países con economías emergentes y menos desarrolladas. Esta situación implica desventajas para las empresas de economías emergentes, puesto que la adquirió de créditos y la importación de productos resultarán más costosas dadas las condiciones macroeconómicas expuestas anteriormente.
Fragilidad cadenas de abastecimiento.
La diferencia entre oferta y demanda a nivel mundial, como consecuencia de las restricciones de movilidad por el COVID-19, da como resultado un impacto negativo sobre la oferta de bienes que forman parte de la cadena de valor a nivel mundial, y de los cuales depende la fijación de precios internacionales y por consiguiente el abastecimiento de productos. El nivel de exposición a este riesgo es mayor en aquellas compañías que dependen de materias primas para la fabricación de productos finales, por lo tanto, se hace necesario el análisis de las medidas que pueden adoptar para enfrentar las crisis de precios y de abastecimiento, en pro de cumplir con su propuesta de valor de cara a los clientes.
Aumento estructural en la volatilidad de precios y choques abruptos en materias primas y energía.
Dadas las condiciones de oferta y demanda derivadas de la pandemia por COVID-19 y de los conflictos geopolíticos, la producción de bienes de consumo final y el dinamismo de ciertos sectores económicos se afectaron negativamente dejando como efectos a largo plazo el alza de precios a nivel mundial. Con este riesgo las organizaciones también se enfrentan a las crisis de precios y de materias primas, reafirmando la importancia de cuantificar la magnitud en que este riesgo las afecta para proponer las estrategias más adecuadas en aras de contrarrestar sus posibles efectos.
Riesgo Recesión y Estanflación.
La inflación, como uno de los principales problemas macroeconómicos actuales, ha generado la necesidad de subir las tasas de interés como medida de política monetaria por parte de los bancos centrales. Esta solución da pie a posibles desaceleraciones económicas por varios periodos, que resultan en un fenómeno llamado recesión. Así mismo, este escenario podría conllevar a una estanflación donde la desaceleración económica impide significativamente la disminución de la inflación. Las organizaciones deben cuestionarse cómo esta situación macroeconómica podría afectar sus operaciones y en qué medida deben implementar acciones para disminuir los efectos que trae consigo la recesión y la estanflación.
Cambio en confianza de monedas actuales.
Ingreso de monedas no tradicionales, activos refugios y criptomonedas al mercado, que da como resultado resistencia al cambio y desconfianza en transacciones monetarias. Esta desconfianza, a nivel organizacional, debe motivar a la adopción de modelos de evaluación que permitan la identificación de transacciones sospechosas, de posibles intentos de fraude y de escenarios que propicien la afectación negativa de la reputación empresarial.
Burbuja de activos.
Altos precios de mercado de vivienda, bienes transables, fondos y acciones que incrementan la brecha sobre su valor real. Este riesgo facilita la toma de decisiones consciente en relación con las oportunidades de inversión en los activos antes mencionados; las empresas deben evaluar la viabilidad de proyectos que impliquen la inversión en activos, dadas las condiciones macroeconómicas del momento. Esto en sí, es una medida de tratamiento frente al riesgo expuesto.